- 8 febrero, 2012
- Categorias: Economia
Una de las características que es común observar en las compañías que acaban concurriendo a un concurso de acreedores por inviabilidad de su proyecto de negocio, es una deficiencia en la información de gestión que su departamento administrativo era capaz de generar periódicamente a su gerencia para la toma de decisiones. Tanto por ausencia absoluta de ella, por errores en la información, por insuficiencia de información y/o por demoras sistémicas en la disponibilidad periódica de la información.
Ello, sin ser una de las causas de las compañías con problemas, se constituye en un elemento que agrava la situación al no permitir disponer de una información adecuada y en plazo para la gerencia de la compañía que le permita una toma de decisiones a tiempo y bien fundamentada, permitiéndole reaccionar cuando hay que hacerlo.
En tiempos de bonanza económica para el negocio, este problema interno “no llama la atención” (cuando todo va bien se pueden asumir las ineficiencias), pero en tiempos de clima económico como el que estamos viviendo actualmente, puede hacernos pagar un coste muy elevado, llegando incluso al extremo del cierre de la compañía, al haber carecido de la posibilidad de ser advertida a tiempo de los desequilibrios económicos y/o financieros que se estaban generando. En ausencia de esa información las decisiones no se toman o se toman tarde. Podemos hacer un símil con el cuerpo humano: ¿Se imaginan que nuestro sistema nervioso fuera deficiente en los avisos que manda a las neuronas de nuestro cerebro? Podríamos estar quemándonos un dedo con una cerilla sin que nuestro cerebro recibiera la señal de alarma. Con esta deficiencia, ¿que posibilidades cree que tendríamos de supervivencia en un entorno hostil?
Las compañías están actualmente en un entorno hostil y no pueden permitirse una deficiencia en su sistema de generación de información de gestión. Las orientaciones exclusivamente fiscales que tradicionalmente se han otorgado a los registros contables deben de complementarse con una orientación económica. La primera finalidad de los registros contables debería ser el proporcionar información a la gerencia para la toma de decisiones; y adicionalmente, nos permiten cumplir con las obligaciones fiscales.
¿Se ha detenido a pensar alguna vez en el coste que supone anualmente a su compañía su departamento de administración, y si le proporciona la información que usted necesita para la gestión y toma de decisiones en su compañía? ¿Tiene información periódica y rápida? ¿Es absolutamente fiable? ¿Dispone de cuentas de explotación por cada línea de negocio de la compañía? ¿O información sobre su estructura de costes y sus distintos márgenes de contribución? ¿Dispone de una evaluación periódica de la gestión de los plazos de cobro y pago que se está realizando? …
Paradójicamente, eliminar esta deficiencia ni es difícil ni caro. Solo requiere unos cambios en los planteamientos de registros contables y sus mecanismos de registro, así como una implantación de procedimientos de trabajo orientados a tal fin. Si internamente la propia compañía no es capaz de generar esta dinámica debería acudir a un asesoramiento por parte de profesionales cualificados.
Una de las características que es común observar en las compañías que acaban concurriendo a un concurso de acreedores por inviabilidad de su proyecto de negocio, es una deficiencia en la información de gestión que su departamento administrativo era capaz de generar periódicamente a su gerencia para la toma de decisiones. Tanto por ausencia absoluta de ella, por errores en la información, por insuficiencia de información y/o por demoras sistémicas en la disponibilidad periódica de la información.
Ello, sin ser una de las causas de las compañías con problemas, se constituye en un elemento que agrava la situación al no permitir disponer de una información adecuada y en plazo para la gerencia de la compañía que le permita una toma de decisiones a tiempo y bien fundamentada, permitiéndole reaccionar cuando hay que hacerlo.
En tiempos de bonanza económica para el negocio, este problema interno “no llama la atención” (cuando todo va bien se pueden asumir las ineficiencias), pero en tiempos de clima económico como el que estamos viviendo actualmente, puede hacernos pagar un coste muy elevado, llegando incluso al extremo del cierre de la compañía, al haber carecido de la posibilidad de ser advertida a tiempo de los desequilibrios económicos y/o financieros que se estaban generando. En ausencia de esa información las decisiones no se toman o se toman tarde. Podemos hacer un símil con el cuerpo humano: ¿Se imaginan que nuestro sistema nervioso fuera deficiente en los avisos que manda a las neuronas de nuestro cerebro? Podríamos estar quemándonos un dedo con una cerilla sin que nuestro cerebro recibiera la señal de alarma. Con esta deficiencia, ¿que posibilidades cree que tendríamos de supervivencia en un entorno hostil?
Las compañías están actualmente en un entorno hostil y no pueden permitirse una deficiencia en su sistema de generación de información de gestión. Las orientaciones exclusivamente fiscales que tradicionalmente se han otorgado a los registros contables deben de complementarse con una orientación económica. La primera finalidad de los registros contables debería ser el proporcionar información a la gerencia para la toma de decisiones; y adicionalmente, nos permiten cumplir con las obligaciones fiscales.
¿Se ha detenido a pensar alguna vez en el coste que supone anualmente a su compañía su departamento de administración, y si le proporciona la información que usted necesita para la gestión y toma de decisiones en su compañía? ¿Tiene información periódica y rápida? ¿Es absolutamente fiable? ¿Dispone de cuentas de explotación por cada línea de negocio de la compañía? ¿O información sobre su estructura de costes y sus distintos márgenes de contribución? ¿Dispone de una evaluación periódica de la gestión de los plazos de cobro y pago que se está realizando? …
Paradójicamente, eliminar esta deficiencia ni es difícil ni caro. Solo requiere unos cambios en los planteamientos de registros contables y sus mecanismos de registro, así como una implantación de procedimientos de trabajo orientados a tal fin. Si internamente la propia compañía no es capaz de generar esta dinámica debería acudir a un asesoramiento por parte de profesionales cualificados.