- 6 marzo, 2017
- Categorias: Laboral
Existe una amplia preocupación con las pensiones y si el Estado va ser capaz de garantizarlas en un futuro. Con los Estados absolutamente endeudados para el futuro y la presión fiscal muy alta en Europa, algunos de los grupos políticos apuntan abiertamente en crear nuevos impuestos para apoyar la financiación de las pensiones. Con elevada deuda, el crecimiento normalmente es débil, y con poco crecimiento, difícilmente puede recaudarse más, sin llegar a establecer impuestos tan altos que desestabilicen la economía.
Sea como sea, la situación es de elevada incertidumbre. La esperanza de vida aumenta un año cada diez años, con lo cual los pensionistas cada vez van a vivir más años, la incorporación de la generación del “Baby boom” a las jubilaciones y unas pensiones cada vez más altas, dado que los que se incorporarán tienen bases cotizadas más altas, no augura que esto vaya ser fácil. En 2020 se espera que por cada 10 personas en edad de trabajar, habrá 6 potencialmente inactivas (menores de 16 años y mayores de 64 años), y de seguir esta tendencia, en 2060, esta proporción será de 10 a 10.
Si vamos a vivir más años que nuestros padres y abuelos, lo razonable es que nos jubilemos más tarde o que las pensiones sean menores. De lo contrario, muy probablemente el sistema no sea sostenible. Es evidente que, para entonces, los pensionistas van a constituir un grupo de presión social muy importante, capaces de escoger gobiernos, con sus votos. Pero, en cualquier caso, alguien paga la factura al final.
Frente a ese panorama tan oscuro, debemos plantearnos otras opciones. No resulta esperanzador que, tras una larga vida cotizando para atender el sistema, no se sepa si el sistema va a ser sostenible para cuando te toque jubilarte y en qué medida. En paralelo a los sistemas públicos, debe fomentarse, con más ahínco, los sistemas privados que, a diferencia de los públicos, son de capitalización y, por tanto, se puede garantizar su sostenibilidad.
Paralelamente, las empresas van a necesitar ser cada día más y mejores empleadores atractivos. La competencia por atraer a los mejores va a ser, en pocos años, cada vez más crucial. Las empresas deberían ofrecer, dentro de sus propuestas de empleo, planes de pensiones compartidos, con aportación de la empresa. Los empleados valoran, muy positivamente, la existencia de un plan de pensiones y otras ventajas como seguro médico. Aportaciones al fondo, vinculadas a objetivos, puede resultar altamente motivador. Para atraer y retener empleo con talento se deben diseñar propuestas de empleo que tengan en cuenta una política salarial coherente. La inclusión de planes de pensiones compartidos en la propuesta es, tal vez, una política coherente con nuestro futuro. Ahora bien, no es fácil que las empresas se comprometan en la implantación de sistemas complementarios de pensiones compartidos con la actual legislación. La actual legislación grava, inexplicablemente, la cantidad ahorrada como si se tratará de mayor sueldo.
Hasta 8.000 euros, las cantidades invertidas son gravadas con un 34% de cotización social aproximadamente, y a partir de esa cantidad, además con el marginal del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, lo que podría llegar a mucho más del 50% de cotizaciones totales. Desde la perspectiva del empleado, no tiene ningún sentido desviar un salario futuro, de dudable certidumbre de percepción, con el pago actual del 34% de cotización omás de la cantidad. Desde la perspectiva del empleador, la situación descrita no crea ningún tipo de motivación a los empleados, tal vez todo lo contrario, y por tanto no tiene ningún incentivo empresarial para su aplicación. Nuestro legislador debería estar atento a esta situación, afrontar, sin demora las reformas necesarias en el ámbito de las pensiones públicas, pero sin olvidar las pensiones de carácter privado. Demorar más esta situación, es un claro mensaje a la falta de interés en el ahorro privado de las personas trabajadoras.
Para conocer más sobre este tema, María Reyes Pérez, Catedrática de Ciencias Económicas y Financieras de la Universitat de Barcelona y yo hemos elaborado un exhaustivo estudio sobre la sostenibilidad del sistema público de pensiones en España.
Le animo a que lo consulten y reflexionen sobre el gran reto que tienen nuestros políticos para garantizar la sostenibilidad del bienestar de usted y de todos.
Para descargar el estudio haga clic aquí.
Joan Díaz José
Director General JDA/SFAI.