La planificación: la madre de las startups

Debido a factores educativos, al entorno, a los antecedentes vividos, algunas personas se fijan más en las oportunidades que en otros aspectos.  A esta característica de la forma de ser, suele denominarse “espíritu emprendedor”.

Disponer de un espíritu emprendedor es característico de los emprendedores, de las personas que desean emprender negocios, de aquellos que ven oportunidades para generar riqueza. También es necesario una cierta ausencia de aversión al riesgo. La aversión excesiva al riesgo no es un buen compañero para la toma de decisiones que, en este contexto, siempre comportará un cierto riesgo. El riesgo, no se elimina nunca, pero puede mitigarse o reducirse con una adecuada planificación.   Uno de los motivos más importantes en el fracaso de las empresas es precisamente la falta de planificación.

Además, una buena planificación resulta imprescindible para validar la idea e integrar el análisis con la acción. Un emprendedor, ante una oportunidad, debe saber:

  • Cómo encarar el proyecto
  • Analizar detenidamente las ideas, centrándose en los puntos más importantes
  • Integrar, acción y análisis

Una buena planificación es lo que se conoce como “Plan de empresa” o Business Plan”. Que no es otra cosa que un documento escrito, y, así debe ser, precisamente porque escribir hace pensar de forma sistemática.

Existen seis preguntas básicas que deben responderse en un Plan de empresa:

  1. ¿En qué negocio estoy?
  2. ¿Cuál es mi mercado?
  3. ¿Cómo voy a vender?
  4. ¿Cómo se fabrica el producto?
  5. ¿Cómo se organiza la empresa?
  6. ¿Cuánto dinero se necesita?

El Plan de negocio debe proporcionar información relevante, y lo que interesa en este punto son los datos, no las opiniones.  Hay que ser conciso, no más de 25/30 páginas más anexos, dando una visión integral y utilizando una redacción muy clara.

La primera razón para escribir un Plan de Negocio acerca un nuevo proyecto, es el hecho de validar el propio proyecto y establecer las características que éste deberá tener, cómo implementarlo, los recursos que va a precisar, etc. para que éste sea viable.

La segunda razón es que el documento también va a servir para ser presentado a asesores externos para su validación, a futuros socios, a rondas de financiación, a fondos, a bancos para obtener un crédito, etc. Por supuesto, es la documentación que usualmente se utiliza para el análisis de un negocio, pero difícilmente vamos a presentarlo a nadie si no nos convencemos a nosotros mismos de su viabilidad.

Por tanto, este es el documento básico por el que un emprendedor debe empezar.  Después, como el negocio es un ser vivo y va cambiando, deberá ir adaptándolo cada cierto tiempo, pero es el documento que le va a permitir convencerse a sí mismo de la viabilidad de la idea y posteriormente convencer a otros para que la apoyen.

En JDA/SFAI contamos con una web especialmente dedicada existe a emprendedores y startups. En ella podrás encontrar desde un guion básico para elaborar un plan de negocio, hasta herramientas (en forma de hora de cálculo) para calcular los principales componentes de la información económica relevante que debe contener un plan.

Le animo a reflexionar sobre ello y a dedicarle horas. Una buena idea no se desarrolla y planifica en poco tiempo. Uno de los mejores consejos que me han dado en esta vida, y que me ha servido, es que debo ser constante y debo planificar mis actuaciones de forma adecuada.


Joan Diaz José

Director General JDA /SFAI

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