- 30 agosto, 2017
- Categorias: Marketing
No te equivoques, lector. Construir una red social no es estar por estar en ella. Construir lleva tiempo, en cambio, el estar por estar, me atrevería a decir que no está sujeto a un espacio-tiempo prefijado, -si se me permite la expresión-, ni a nada parecido. Puedes estar por estar, meses; o incluso años sin llegar a ser algo o no consiguiendo nada. Sobre todo, si no te marcas objetivos claros o si no haces eso que llaman los publicistas, -tan duchos al término anglosajón- reporting, elaborar un informe para medir y evaluar cómo va tu empresa en redes sociales durante un período de tiempo.
Construir una red social va más allá de crear una página de tu empresa en Facebook y publicar contenidos de forma periódica para tu público objetivo.
Construir una red social va más allá -aunque sea una parte fundamental- de establecer relaciones con nuestros seguidores y de intentar, en la manera de lo posible, crear comunidad y engagement con nuestra marca. Además de intentar que esos seguidores se conviertan en una masa crítica de “fans” y que sean embajadores y/o prescriptores de nuestra marca.
Todo en redes sociales deriva o debería derivar de un plan estratégico. Nada se hace por casualidad. Como todo en esta vida todo responde a una causa y se orienta a un objetivo o fin.
- Cómo nos proyectamos en esa red social: qué publicamos, qué mensaje queremos comunicar, nuestra rapidez de respuesta y el nivel de contundencia / pertinencia, etc.
- Por qué decidimos estar en esa red social y no en otra, qué ofrecemos en esa red social y qué no. A qué tipo de público queremos llegar, etc.
Todo responde a decisiones que deberían estar consensuadas por los expertos o entendidos en esta materia.
Construir una red social es complicado, requiere horas de pensamiento y destreza táctica, sobre todo si queremos posicionar nuestra marca frente a nuestros competidores, con contenidos que sean útiles y atractivos. Y que de ahí pueda surgir la viralidad y que podamos estar en una posición Top por nuestra repercusión social, aunque esa gloria dure sólo unos minutos o unas horas. O el tiempo que nos dejen ser #TT (Trending topic), por ejemplo.
Evidentemente, hay sectores de negocio donde las marcas está más predestinadas a construir una red social, como tal. A tener “éxito” en ese mundo en el que, a menudo, se convierte en una telaraña que nos enreda diariamente de ruido, entre memes que son el nuevo humor popular hasta las barricadas anónimas de comentarios y amenazas, generando así el bullying 2.0.
La idea de este post es la de transmitir que, para estar en una red social, hay que construir algo antes en la empresa (red social 1.0) y luego en la red social, como tal (dimensión 2.0).
Debemos crear una cultura de equipo y, a partir de ahí, una red de colaboradores, que son quienes tienen que tener una conciencia de lo que se hace y de por qué se está haciendo algo en redes sociales en beneficio para la empresa en la que trabajan.
Ante esa conciencia colectiva de nuestra empresa, sería preciso que nuestro equipo estuviese en aquellas redes sociales donde se encuentra nuestra organización con el fin de ampliar nuestro alcance social y de poder promocionar así nuestra marca.
Deberíamos contar con la ayuda de todo nuestro equipo para poder implicar luego a nuestros seguidores, fans o clientes. Recuerden algo: si nuestro equipo comparte, será más fácil que nuestro target lo haga. Seremos más visibles para todos.
Cristian Serrano
Responsable Social Media en JDA/SFAI