¿De qué hablamos cuando hablamos de Big Data?

El mundo de la moda es sinónimo de voluble, de efímero, de cambio constante. Año a año cambian los gustos estéticos, la forma de vestir y los estilos de vida. Cambios de colores, formas, conductas, maneras de ver el mundo, todo aquello que hace poco tiempo parecía de lo más elegante ahora deja de serlo, pasando a ser abandonado.

En el actual mundo de la empresa y la tecnología pasa algo parecido, cada día nos presentan nuevas tendencias de gestión, técnicas, filosofías que intentan cambiar nuestros paradigmas de empresa y su funcionamiento. Muchas de estas tendencias se basan en nuevos conceptos, cambios tecnológicos que crean enormes expectativas y ruido mediático, pero que en realidad muchas veces son tecnologías inmaduras, son conceptos sin aplicación práctica o simplemente exageraciones interesadas. Es el llamado hype tecnológico, que crea unas expectativas enormes sobre una tecnología o producto para después terminar en la mayor de las decepciones y ser sustituida por la última tendencia de la temporada de primavera-verano.

Pero en este ambiente, hay un conjunto de tecnologías llamadas Big Data que aun estando viviendo su particular puesta de largo y estar de moda, comienzan a ser maduras y están siendo utilizadas con éxito por muchas empresas.

Durante la primera década del 2000, se produjeron una serie de cambios tecnológicos muy importantes en nuestras vidas, como el aumento de la banda ancha, las redes sociales, los dispositivos móviles, la geolocalización, que han producido un crecimiento espectacular en la generación de información.

Pronto se vio que toda esta información adquiría volúmenes tan grandes y de naturaleza tan diversa que rompía los esquemas tradicionales de las infraestructuras de IT.  Y ahí es donde nace el Big Data, que no es nada más (y nada menos) que las tecnologías que permiten capturar, gestionar y procesar estos conjuntos de datos.

Pero no nos debemos quedar sólo con el BIG del Big Data, porque las características principales de estas nuevas fuentes de información son lo que se conoce como las 3V: Volumen, Velocidad y Variedad.

El volumen ya nos lo imaginamos, es visible por todos nosotros tras la explosión del uso de las redes sociales: diariamente se generan 500 millones de tweets, hay casi 1600 millones de usuarios activos en Facebook, se generan 200 mil millones de emails diarios, lo que nos da una idea de la naturaleza del problema.

La generación de información en muchos de estas fuentes es muy rápida y continua, con lo que son necesarios mecanismos que permitan el análisis en tiempo real de estos flujos de información. Ahí es donde se aparece la característica de la velocidad de la información.

¿Y qué decir de la variedad de los datos? Cada día se generan 300 millones de fotos en Facebook, se envían 42 mil millones de mensajes de WhatsApps, cada minuto se suben 100 horas de vídeo en Youtube, además de generarse índices económicos, seguimiento de flotas de vehículos, estadísticas de todo tipo, etc. un mundo volcado a la generación de información. Y un detalle muy importante es que hasta el 90% de esta información no está estructurada en forma de bases de datos, con lo que no son utilizables las técnicas tradicionales para su tratamiento.

Por todo esto se deduce que el uso de las tecnologías de Big Data en las empresas sólo tiene sentido cuando generan una gran cantidad de información, a un gran ritmo y proviene de diversas fuentes. Los sectores económicos de los que inicialmente se está centrando su uso de forma importante son los que cumplen estas condiciones:  infraestructuras, sanidad, financiero y sector público.

Pero a la larga, prácticamente, todas las empresas deberán hacer converger sus sistemas de información a sistemas híbridos, en los que convivan los datos tradicionales de su ERP con Big Data y que esta conjunción permitirá detectar oportunidades que nos ayuden al rediseño de procesos o incluso la creación de nuevos servicios.

Aún existen importantes barreras de entrada, sobre todo de know-how y presupuesto, pero se están popularizando herramientas cada vez más accesibles para todo tipo de empresas, incluso con soluciones en la nube de pago por uso.

El Big Data ha llegado para quedarse o mejor dicho, para formar parte de nuestro fondo de armario de herramientas que complementen nuestros sistemas de información actuales. Y sobre todo ahora que comienza a evolucionar de la alta costura al prêt-à-porter.


Jordi Esteban

CIO de JDA/SFAI.

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